La hemoglobina es una proteína que forma parte importante de los eritrocitos o glóbulos rojos, y que provee a la sangre de su característico color rojizo. Su principal función es la de llevar el oxígeno desde los pulmones hasta el resto del cuerpo, garantizando el buen funcionamiento de los órganos y tejidos. Asimismo, esta proteína de la sangre se encarga de intercambiar el oxígeno por dióxido de carbono, facilitando su eliminación.
Cuando nos realizamos un análisis de sangre, la hemoglobina es uno de los principales parámetros o indicadores que suelen medirse para conocer qué tan buena o mala es nuestra condición de salud; y es que tener hemoglobina alta puede ser señal de que algo no anda bien, dando lugar a graves efectos o consecuencias como las que te contamos a continuación.
Valores normales de hemoglobina
Antes de hablar de los efectos de la hemoglobina alta, es importante conocer cuáles son los valores correctos de esta proteína para saber determinar cuándo están en niveles anormales.
Básicamente, los médicos recomiendan que la concentración de hemoglobina en la sangre sea entre 12 y 18 gr/dl, aunque esto puede variar según el sexo y la edad de la persona, al igual que si se trata de mujeres en estado de embarazo, así como las que se encuentran en el embarazo precoz.
En tal sentido, todo valor que supere los 20 g/dl es considerado una señal de hemoglobina alta y debe tratarse a tiempo antes de que sus efectos se tornen aún más graves.
Así, un recuento superior a los 20 g/dl se considera un nivel de hemoglobina alto, condición que debe ser tratada a la brevedad posible para evitar mayores complicaciones.
Efectos o consecuencias de tener una hemoglobina alta
Si bien la hemoglobina alta no es una enfermedad, los efectos que produce en quien la padece pueden representar un factor de riesgo para su salud, sobre todo si no se diagnostica ni se trata a tiempo.
Así, entre los principales efectos o consecuencias que puede desembocar tener hemoglobina alta tenemos: anginas de pecho, infarto pulmonar y al miocardio, trombosis venal, accidente cerebro vascular, hemorragias nasales y diátesis gotosa.
También, la hemoglobina alta puede producir cólicos renales, vómitos, orina y heces con presencia de sangre, cólicos renales, enfermedad pulmonar crónica e infecciones del tracto respiratorio.